EMILY BRÖNTE - Inglaterra: 1818-1848-
A la imaginación
Cuando agotados de la extensa jornada,
Y del terrenal cambio del dolor por el dolor,
Perdida, dispuesta a la desesperación,
Tu cálida voz me convoca de nuevo;
Mi sincero amigo, nunca estoy sola
Si tu presencia y ese tono me acompañan.
Sin esperanzas descansa el mundo sin tí,
El mundo sin este doble de mí;
Tu mundo de astucias, odios y duda,
De frías sospechas sin lugar,
Donde tú, yo y la Libertad
Disfrutan una soberanía muda.
Lo que importa es que todo alrededor,
Peligro, angustia y oscuridad,
No rompen las cadenas de nuestra soledad
Donde habita el cielo en su esplendor,
Alimentado por diez mil rayos eternos
De soles que no han conocido el invierno.
La Razón sin dudas habrá de objetar
Por la triste realidad de la naturaleza,
Explicando que el sufrimiento del corazón es vano,
Y que sus preciados sueños deben perecer;
La Verdad con rudeza busca asolar
Las flores de la fantasía que tímidas asoman.
Pero tú siempre serás el que trae
Las cerradas visiones que retornan,
El aliento de nuevas glorias caídas en primavera,
Llamando a la vida de la muerte,
Susurrando con la divina voz
De un mundo real y brillante como tú.
No confío en la dicha de tu fantasma,
Pero en las horas quietas de la noche,
Con un incesante agradecimiento
Te doy la bienvenida, bendito aliento,
Fiel asistente de los humanos deseos,
La más brillante esperanza
Allí donde la esperanza muere.
Y del terrenal cambio del dolor por el dolor,
Perdida, dispuesta a la desesperación,
Tu cálida voz me convoca de nuevo;
Mi sincero amigo, nunca estoy sola
Si tu presencia y ese tono me acompañan.
Sin esperanzas descansa el mundo sin tí,
El mundo sin este doble de mí;
Tu mundo de astucias, odios y duda,
De frías sospechas sin lugar,
Donde tú, yo y la Libertad
Disfrutan una soberanía muda.
Lo que importa es que todo alrededor,
Peligro, angustia y oscuridad,
No rompen las cadenas de nuestra soledad
Donde habita el cielo en su esplendor,
Alimentado por diez mil rayos eternos
De soles que no han conocido el invierno.
La Razón sin dudas habrá de objetar
Por la triste realidad de la naturaleza,
Explicando que el sufrimiento del corazón es vano,
Y que sus preciados sueños deben perecer;
La Verdad con rudeza busca asolar
Las flores de la fantasía que tímidas asoman.
Pero tú siempre serás el que trae
Las cerradas visiones que retornan,
El aliento de nuevas glorias caídas en primavera,
Llamando a la vida de la muerte,
Susurrando con la divina voz
De un mundo real y brillante como tú.
No confío en la dicha de tu fantasma,
Pero en las horas quietas de la noche,
Con un incesante agradecimiento
Te doy la bienvenida, bendito aliento,
Fiel asistente de los humanos deseos,
La más brillante esperanza
Allí donde la esperanza muere.
Cuando deba dormir
Oh, En la hora en la que deba dormir,
Lo haré sin identidad,
Y ya no me importará cómo cae la lluvia,
O si la nieve cubre mis pies.
El cielo no promete salvajes deseos,
Podrán cumplirse, acaso la mitad.
El infierno y sus amenazas,
Con sus inextinguibles brasas
Jamás someterá esta voluntad.
Por lo tanto digo, repitiendo lo mismo,
Todavía, y hasta que muera lo diré:
Tres Dioses dentro de este pequeño marco
Guerrean día y noche.
El Cielo no los mantendrá a todos, sin embargo
Ellos se aferran a mí;
Y míos serán hasta que el olvido
Cubra el resto de mi ser.
Oh, cuando el Tiempo busque mi pecho para soñar,
Todas las batallas concluirán!
Pues llegará el día en el que deba reposar,
Y este sufrimiento ya no me atormentará.
Lo haré sin identidad,
Y ya no me importará cómo cae la lluvia,
O si la nieve cubre mis pies.
El cielo no promete salvajes deseos,
Podrán cumplirse, acaso la mitad.
El infierno y sus amenazas,
Con sus inextinguibles brasas
Jamás someterá esta voluntad.
Por lo tanto digo, repitiendo lo mismo,
Todavía, y hasta que muera lo diré:
Tres Dioses dentro de este pequeño marco
Guerrean día y noche.
El Cielo no los mantendrá a todos, sin embargo
Ellos se aferran a mí;
Y míos serán hasta que el olvido
Cubra el resto de mi ser.
Oh, cuando el Tiempo busque mi pecho para soñar,
Todas las batallas concluirán!
Pues llegará el día en el que deba reposar,
Y este sufrimiento ya no me atormentará.
El viento nocturno
En la suave medianoche del estío,
Una luna despejada brilló
A través de nuestra ventana
Y los rosales bañados en rocío.
Me senté en la reflexión silenciosa;
El viento suave agitó mi cabello;
Me dijo que cielo era un destello,
Y la tierra durmiente, justa.
No necesité sus toques
Para alimentar estos pensamientos;
Así y todo susurró, diciendo,
"¡Cuán oscuros serían los bosques!"
"Las hojas gruesas en mi murmullo
Crujen como en un sueño,
Y de sus incontables voces es dueño
Un instinto que parece arrullo".
Dije, "Ve, apacible murmurante,
Tu cortés melodía es única:
Pero no pienses que su música
Tiene el poder de alcanzar mi mente."
"Juega con la flor perfumada,
La rama tierna del joven árbol,
Y deja mis sentimientos humanos
En su propio cauce inquieto."
El vagabundo no me oyó:
Su beso se entibió cálidamente:
"¡Oh, Ven!" suspiró dulcemente;
"Seré yo contra tu voluntad"
"¿No fuimos amigos en la infancia?
¿No te he amado hace mucho tiempo?
Mientras tú, la noche solemne,
Mi canto despertabas con tu silencio."
"Que cuando repose tu corazón
Bajo la fría lápida de cemento,
Yo tendré tiempo para el lamento,
Y tú para estar sola."
Una luna despejada brilló
A través de nuestra ventana
Y los rosales bañados en rocío.
Me senté en la reflexión silenciosa;
El viento suave agitó mi cabello;
Me dijo que cielo era un destello,
Y la tierra durmiente, justa.
No necesité sus toques
Para alimentar estos pensamientos;
Así y todo susurró, diciendo,
"¡Cuán oscuros serían los bosques!"
"Las hojas gruesas en mi murmullo
Crujen como en un sueño,
Y de sus incontables voces es dueño
Un instinto que parece arrullo".
Dije, "Ve, apacible murmurante,
Tu cortés melodía es única:
Pero no pienses que su música
Tiene el poder de alcanzar mi mente."
"Juega con la flor perfumada,
La rama tierna del joven árbol,
Y deja mis sentimientos humanos
En su propio cauce inquieto."
El vagabundo no me oyó:
Su beso se entibió cálidamente:
"¡Oh, Ven!" suspiró dulcemente;
"Seré yo contra tu voluntad"
"¿No fuimos amigos en la infancia?
¿No te he amado hace mucho tiempo?
Mientras tú, la noche solemne,
Mi canto despertabas con tu silencio."
"Que cuando repose tu corazón
Bajo la fría lápida de cemento,
Yo tendré tiempo para el lamento,
Y tú para estar sola."
Qué claro ella brilla.
¡Qué claro Ella brilla! Qué inmóvil
Yacía yo debajo de su guardián de luz;
Mientras el Cielo y la Tierra me susurraban:
Despierta mañana, y sueña esta noche.
¡Ven, mi elegante, mi encantador Amor!
Estos templos palpitantes besan suavemente;
Dobla mi solitario lecho encima,
Y dadme reposo, dadme toda la dicha.
El mundo huye: ¡oscuro mundo, adiós!
Amargo mundo, ocúltate hasta el amanecer,
El corazón que no has podido someter
Aún ha de resistir, mientras vagas ausente.
Tu Amor yo nunca, nunca compartiré.
Tu Odio sólo despierta una sonrisa;
Tus Lamentos podrán herir,
Tus Errores podrán llorar;
¡Pero tus mentiras jamás cautivarán!
Mientras observaba a las estrellas brillando
En ese mar apacible, sobre mí,
Deseé con fe que todas las aflicciones
Del universo sepan, y se celebren en tí.
Este será mi sueño nocturno.
Pienso que el cielo de esferas gloriosas
Recorre su curso luminoso,
Cubierto de eternas dichas
A través de interminables años.
Pienso que no hay otro mundo allí arriba
Más lejano que aquel que contemplan estos ojos,
Donde la Sabiduría nunca se burló del Amor,
Donde la Virtud nunca se sometió a la Infamia.
Yacía yo debajo de su guardián de luz;
Mientras el Cielo y la Tierra me susurraban:
Despierta mañana, y sueña esta noche.
¡Ven, mi elegante, mi encantador Amor!
Estos templos palpitantes besan suavemente;
Dobla mi solitario lecho encima,
Y dadme reposo, dadme toda la dicha.
El mundo huye: ¡oscuro mundo, adiós!
Amargo mundo, ocúltate hasta el amanecer,
El corazón que no has podido someter
Aún ha de resistir, mientras vagas ausente.
Tu Amor yo nunca, nunca compartiré.
Tu Odio sólo despierta una sonrisa;
Tus Lamentos podrán herir,
Tus Errores podrán llorar;
¡Pero tus mentiras jamás cautivarán!
Mientras observaba a las estrellas brillando
En ese mar apacible, sobre mí,
Deseé con fe que todas las aflicciones
Del universo sepan, y se celebren en tí.
Este será mi sueño nocturno.
Pienso que el cielo de esferas gloriosas
Recorre su curso luminoso,
Cubierto de eternas dichas
A través de interminables años.
Pienso que no hay otro mundo allí arriba
Más lejano que aquel que contemplan estos ojos,
Donde la Sabiduría nunca se burló del Amor,
Donde la Virtud nunca se sometió a la Infamia.
Ven, camina conmigo
Ven, camina conmigo,
sólo tú has bendecido alma inmortal.
Solíamos amar la noche invernal,
Vagar por la nieve sin testigos.
¿Volveremos a esos viejos placeres?
Las nubes oscuras se precipitan
ensombreciendo las montañas
igual que hace muchos años,
hasta morir sobre el salvaje horizonte
en gigantescos bloques apilados;
mientras la luz de la luna se apresura
como una sonrisa furtiva, nocturna.
Ven, camina conmigo;
no hace mucho existíamos
pero la Muerte ha robado nuestra compañía
-Como el amanecer se roba el rocío-.
Una a una llevó las gotas al vacío
hasta que sólo quedaron dos;
pero aún destellan mis sentimientos
pues en ti permanecen fijos.
No reclames mi presencia,
¿puede el amor humano ser tan verdadero?
¿puede la flor de la amistad morir primero
y revivir luego de muchos años?
No, aunque con lágrimas sean bañados,
Los túmulos cubren su tallo,
La savia vital se ha desvanecido
y el verde ya no volverá.
Más seguro que el horror final,
inevitable como las estancias subterráneas
donde habitan los muertos y sus razones,
El tiempo, implacable, separa todos los corazones.
sólo tú has bendecido alma inmortal.
Solíamos amar la noche invernal,
Vagar por la nieve sin testigos.
¿Volveremos a esos viejos placeres?
Las nubes oscuras se precipitan
ensombreciendo las montañas
igual que hace muchos años,
hasta morir sobre el salvaje horizonte
en gigantescos bloques apilados;
mientras la luz de la luna se apresura
como una sonrisa furtiva, nocturna.
Ven, camina conmigo;
no hace mucho existíamos
pero la Muerte ha robado nuestra compañía
-Como el amanecer se roba el rocío-.
Una a una llevó las gotas al vacío
hasta que sólo quedaron dos;
pero aún destellan mis sentimientos
pues en ti permanecen fijos.
No reclames mi presencia,
¿puede el amor humano ser tan verdadero?
¿puede la flor de la amistad morir primero
y revivir luego de muchos años?
No, aunque con lágrimas sean bañados,
Los túmulos cubren su tallo,
La savia vital se ha desvanecido
y el verde ya no volverá.
Más seguro que el horror final,
inevitable como las estancias subterráneas
donde habitan los muertos y sus razones,
El tiempo, implacable, separa todos los corazones.
Espero que les guste
esta selección…
Ἅδα
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡¡Gracias por comentar!! *_*