A una mujer
¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino, mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado, mi corona de oro, mis piscinas de pórfido, y mis flotas, para las que no bastaría el mar, por una mirada tuya. Si yo fuera Dios, la tierra y las olas, los ángeles, los demonios sujetos a mi ley. Y el profundo caos de profunda entraña, la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos ¡daría por un beso tuyo! El triunfo Estaba despeinada y con los pies desnudos al borde del estanque y en medio del juncal... Creí ver una ninfa, y con acento dulce: "¿quieres venir al bosque?", le pregunté al pasar. Lanzome la mirada suprema que fulgura en la beldad vencida que cede a la pasión; y yo le dije: "Vamos; es la época en que se ama: ¿quieres seguirme al fondo del naranjal en flor?" Secó las plantas húmedas en el mullido césped, fijó en mí las pupilas por la segunda vez, y luego la traviesa quedose pensativa... ¡Qué canto el de las aves en el momento aquel! ¡Con qué ternura la onda besaba la ribera! De súbito la joven se dirigió hacia mí, rïendo con malicia por entre los cabellos flotantes y esparcidos sobre la faz gentil. La tumba y la rosa
Plenitud
Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros. Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros. Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana. Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada. Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol. Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese sólo para que quede claro quién es el dueño de quién. Te deseo también que ninguno de tus defectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable. Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar. Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte. |
Espero que les guste
esta selección…
Ἅδα
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